LOS MANGLES
El
Mangle es un árbol o arbusto que
habita en zonas tropicales y subtropicales de nuestro planeta, extendiéndose
sobre franjas costeras de América, África, Asia y Australia particularmente.
Crecen en suelos abnegados por aguas saladas, ya que tienen la particularidad
de resistir la concentración salina, debido a que sus raíces cuentan con la
habilidad para filtrar las sales.
Se
puede dividir a los mangles en dos grandes grupos, por un lado el
grupo que incluye a la India, África Oriental, Sureste de Asía, Australia y el
Pacífico Occidental y por otro lado el grupo que abarca África Occidental, El
Caribe y América.
Forman
comunidades denominadas “manglares” y dependiendo de factores
como la tolerancia a la salinidad, a las bajas concentraciones de oxígeno, la
frecuencia de inundación, las características del relieve, entre otros, existen
mas de 50 especies en todo el mundo, agrupadas en 20 géneros y 11 familias.
Entre las especies se destacan la Aegiceras corniculatum, Avicennia germinans,
Avicennia marina, Bruguiera gymnorrhiza, Conocarpus erectus, Excoecaria
agallocha, Kandelia candel, Laguncularia racemosa, Rhizophora mangle,
Rhizophora racemosa, Rhizophora stylosa y Sonneratia alba. Respecto de
las familias se puede mencionar a la Myrcinaceae, Avicenniaceae,
Rhizophoraceae, Combretaceae, Eufhorbiaceae y Sonneratiaceae.
Tienen
la particularidad de constituir un atenuante contra los cambios climáticos por
ser fijadores de CO2, e inmovilizan grandes cantidades de sedimentos ricos en
materia orgánica. Mediante este mecanismo, atrapan agentes contaminantes como
compuestos orgánicos tóxicos persistentes y metales pesados. Purifican las
aguas cloacales transportadas por los afluentes y disminuyen el cambio
climático mediante la oxidación o reducción del óxido nitroso, un gas de efecto
invernadero.
Los
manglares forman
óptimos hogares para distintas especies de organismos acuáticos, anfibios,
terrestres y sitios de refugio o esparcimiento para una infinidad de peces,
moluscos, crustáceos, reptiles y pájaros. Cumpliendo un rol fundamental en la
protección de las costas, haciendo de barrera en forma natural, ante fenómenos
como la erosión eólica y por oleaje, producidas por catástrofes como vientos
huracanados e incluso maremotos. Son tan efectivos en esta defensa, que con
este fin se realizan plantaciones de mangles en zonas costeras de Vietnam,
Tailandia, Las Filipinas y la India.
Al
conformar un hábitat ideal para la vida de distintas especies, son utilizados
para desempeñar actividades comerciales, cumpliendo un papel fundamental para
las pesquerías litorales y de la plataforma continental, propiciando no solo la
pesca a escala industrial sino también a nivel familiar. En algunos sitios, sus
frutos son consumidos por humanos, y las hojas son utilizadas como alimentación
para el ganado. Además representan un recurso necesario en la industria de la
madera (maderas pesadas, de gran longitud, de fibra larga y resistentes a la
humedad), destinada a la construcción, producción de leña, carbón de leña y de
los taninos empleados en curtimbres y tintorería. Siendo aprovechados también,
como espacio turístico y de recreación.
Para
tener en cuenta las importantes funciones que realizan los manglares en pos del
bienestar del planeta y de los humanos, se pueden destacar entre sus
características las siguientes:
-Son
evapotranspiradores, suplen de humedad a la atmósfera (fuente de enfriamiento
natural a las comunidades cercanas).
-Son productores de grandes cantidades de oxígeno.
-Son fuente de materia orgánica e inorgánica que sostiene la red alimentaría estuarina y marina.
-Sustentan un número considerable de especies vulnerables o en peligro de extinción.
-Sirven de hábitat a especies marinas y estuarinas de alto valor comercial.
-Estabilizan los terrenos costeros contra la erosión, protegen el litoral contra los vientos huracanados y otros eventos climatológicos de gran impacto.
-Funcionan como reguladores del flujo de agua de lluvia, y reducen el efecto de las inundaciones.
-Son zonas de amortiguamiento contra contaminantes en el agua.
-Son de gran importancia económica para la pesca comercial, usos recreativos y educativos.
-Son productores de grandes cantidades de oxígeno.
-Son fuente de materia orgánica e inorgánica que sostiene la red alimentaría estuarina y marina.
-Sustentan un número considerable de especies vulnerables o en peligro de extinción.
-Sirven de hábitat a especies marinas y estuarinas de alto valor comercial.
-Estabilizan los terrenos costeros contra la erosión, protegen el litoral contra los vientos huracanados y otros eventos climatológicos de gran impacto.
-Funcionan como reguladores del flujo de agua de lluvia, y reducen el efecto de las inundaciones.
-Son zonas de amortiguamiento contra contaminantes en el agua.
-Son de gran importancia económica para la pesca comercial, usos recreativos y educativos.
Lamentablemente,
el abuso de la explotación humana de este recurso natural de valiosa
importancia ecológica, trae muchas consecuencias irreversibles. La
contaminación ambiental no escapa a estos daños significativos, a través de
derrames de petróleo o productos químicos. Ya en el año 2005, Greenpeace (Organización
ecologista mundial) afirmaba que: “En las últimas dos décadas, la superficie de
manglares se ha reducido en 35 por ciento por lo que ahora sólo cubre un área
de 17 millones de hectáreas en todo el mundo.[...] Los bosques tropicales desaparecen
a un ritmo de 0.8 por ciento al año, en tanto los manglares lo hacen a una tasa
de 2.1 por ciento anual (3.62 por ciento en América Latina). Las principales
causas de la desaparición de este ecosistema son la acuicultura y la
construcción de granjas camaronícolas (52%), deforestación (26%), alteraciones
y obstrucción del flujo de agua (11%), el cambio de uso de suelo (5%), la
contaminación con herbicidas (3%) y la agricultura (1%)”.
Lo
aquí expresado, intenta hacernos reflexionar en que se torna imprescindible que
tomemos conciencia de los daños irreversibles que le estamos causando al
planeta y a nosotros mismos. La “naturaleza es sabia” dice una frase y la
realidad no nos demuestra lo contrario.
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